El bueno de Ryan al día siguiente de su lesión ya solo pensaba en empezar a trabajar para volver a los terrenos de juego cuanto antes. Auguraba ya entonces que volvería antes de lo que todos pensábamos, y no le faltaba razón. Ha trabajado desde entonces muy duro, en la piscina, en el gimnasio y con los fisios. Pero en tan solo 3 meses y 27 días desde la operación, ha conseguido recuperarse y empezar a entrenar con el resto de sus compañeros.
Para reaparecer todavía le queda una última etapa, quizá la menos dificíl y la más gratificante de todas; entrenar y coger ritmo junto a sus compañeros en el césped. Muy pronto volveremos a verle en los terrenos de juego batallando contra las defensas rivales.
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